RECURSOS PARA EL MAESTRO
- Diana Urrego
- 3 oct 2015
- 10 Min. de lectura
RECURSOS PARA EL MAESTRO
Autores: Juan de Dios Urrego – Hernando Antonio Urrego
Consultores y Asesores Educativos. Bogota. Colombia Julio 1998
LECTURA BÁSICA INICIAL
Las competencias una necesidad educativa para el nuevo siglo
El día domingo 13 de febrero de 2000, el periódico El Tiempo, de Bogotá, publicó un artículo en la sección Actualidad bajo la dramática pregunta "¿Por qué no somos competitivos?". En él se afirma que Colombia ocupa el puesto 54 entre 59 naciones a las que se les midió el grado de competitividad (Ver cuadro 1). Plantea, como problemas inherentes a esta condición, la falta de destrezas en algunas áreas del conocimiento, el subdesarrollo de la infraestructura, la carencia del recurso humano, la baja inversión en investigación y tecnología, el divorcio entre la academia y la empresa y los pocos expertos en matemáticas, ciencias básicas y tecnología de la información.
Frente al hecho de estar en la cola de los países competitivos, se nos plantea un compromiso que se asemeja al que vivió EE.UU. en 1959, cuando, asombrados, vieron que la Unión Soviética de entonces enviaba el Sputnik al espacio. Su reacción no se hizo esperar y toda la nación norteamericana puso los ojos en reestructurar el antiguo sistema educativo y construir un nuevo diseño curricular que comprometiera a todas las instituciones educativas y a los docentes en la formación de competencias en ciencia y tecnología.
En nuestro país ha surgido desde diferentes organismos estatales y educativos la inquietud por el desarrollo de las competencias como una necesidad para el nuevo siglo. El día 2 de febrero de 1997, el mismo periódico publicó la definición de competencias dada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT): "Las competencias ocupacionales incluyen la capacidad de plantear y resolver problemas, la habilidad de representar los requisitos mínimos a través de una variedad de circunstancias y adaptarse a demandas variables; trabajar eficazmente en equipo y anticipar el futuro… Un sistema de formación por competencias define claramente lo que la persona debe ser capaz de realizar para desempeñar eficazmente un trabajo".
Surge, entonces, la necesidad de identificar los términos competitividad y competencia como categorías inseparables y complementarias para orientar procesos de gestión organizacional hacia la eficiencia, la eficacia y la excelencia. Y en nuestro caso, para mejorar las organizaciones responsables de construir ambientes que cualifiquen la educación en función de mejorar la calidad de vida de las personas en su dignidad, autonomía, autoestima e identidad; de tal forma que surjan respuestas propositivas y asertivas ante una situación problémica.
La competencia y la competitividad deberán vivirse desde el aula de tal forma que, signifiquen orientaciones prácticas para enfrentar situaciones problémicas contextualizadas en un mundo globalizado, complejo e incierto, regido por unos nuevos paradigmas que obligan a los docentes a adquirir nuevas competencias para abordar una enseñanza y unos aprendizajes competitivos. Pero, ¿qué es un paradigma?
Cuadro 1.
País
Posición absoluta 1998
Posición absoluta 1999
Singapur
1
1
Estados Unidos
3
2
Hong Kong
2
3
Taiwan
6
4
Canadá
5
5
Suiza
8
6
Luxemburgo
10
7
Reino Unido
4
8
Holanda
7
9
Irlanda
11
10
Finlandia
15
11
Australia
14
12
Nueva Zelanda
13
13
Japón
12
14
Noruega
9
15
Malasia
17
16
Dinamarca
16
17
Islandia
30
18
Suecia
23
19
Austria
20
20
Corea
19
22
Chile
18
21
Francia
22
23
Bélgica
27
24
Alemania
24
25
España
25
26
Portugal
26
27
Israel
29
28
Mauricio
N.A.
29
Tailandia
21
30
México
32
31
China
28
32
Filipinas
33
33
Costa Rica
N.A.
34
Italia
41
35
Perú
37
36
Indonesia
31
37
Hungría
43
38
República Checa
35
39
Jordania
34
40
Grecia
44
41
Argentina
36
42
Polonia
49
43
Turquía
40
44
Eslovaquia
48
45
El Salvador
N.A.
46
Sur África
42
47
Vietnam
39
48
Egipto
38
49
Venezuela
45
50
Brasil
46
51
India
50
52
Ecuador
N.A.
53
Colombia
47
54
Bolivia
N.A.
55
Bulgaria
N.A.
56
Zimbabue
51
57
Ucrania
53
58
Rusia
52
59
"La competitividad en mercados globales depende en últimas de la calidad de la educación que reciben nuestros ciudadanos…".
Paradigmas, competencias y competitividad
Adam Smith define paradigma, en su libro Los poderes de la mente, como "un conjunto compartido de suposiciones. Es la manera como percibimos el mundo: agua para el pez. El paradigma nos explica el mundo y nos ayuda a predecir su comportamiento". La nota que hace Smith, sobre la predicción, es de suma importancia, pues es ahí donde está la clave del entendimiento del por qué es indispensable asumir los cambios de paradigma en su dimensión educativa, prospectiva y holística, es decir, en lo que tiene que ver con el logro de unas competencias para asumir desde hoy el futuro y el cambio de manera competitiva.
Desde siempre las competencias han tenido que ver con los paradigmas que determinan el derrotero de la historia, de la sociedad y de la cultura.
El paradigma es aquel lugar, teórico o práctico, al que se recurre para contextualizar el hacer y el pensar de manera competente y competitiva. Lo que significa, entonces, la necesidad de crear ambientes educativos que propicien la construcción de un pensamiento alternativo ante la veloz obsolescencia del conocimiento, el uso de la tecnología y la informática, la inteligencia artificial, la neurociencia, el surgimiento de nuevos valores provenientes de fenómenos tales como la clonación, el genoma humano, el homosexualismo, los movimientos ecologistas, las tensiones que se generan frente al desarrollo industrial y el rescate del hombre como especie humana integrado a la naturaleza.
Paradigmas y competencias en la educación
Los paradigmas que determinan en la actualidad las competencias, el camino del desarrollo y la construcción de conocimiento para asumir los cambios y los nuevos roles, son referentes obligados, que rompen la formación por objetivos, la enseñanza fragmentada de temas y contenidos, y la evaluación memorística y repetitiva del dato muerto. De lo que se trata es de comprender que los niveles de competitividad y competencia alcanzados, lo serán siempre y cuando las competencias no se entiendan como algo coyuntural o de moda, sino vinculadas a los nuevos paradigmas que rigen la sociedad actual, y hacer de esta relación una herramienta pedagógica, didáctica, metodológica, axiológica y actitudinal. La formación integral de las personas exige que el docente tenga claridad de esto, para enriquecer y cualificar su actividad educadora.
Cuadro 2.
Paradigmas y competencias básicas para la ciencia y la tecnología
· Sociedad de conocimiento
· Pensamiento no lineal
· Trabajo en equipo
· Aprender a conocer
· Aprender a hacer
· Aprender a vivir juntos y aprender a vivir con los demás
· Humanismo y ética
· Aprender a ser
En el mundo actual existen nuevos paradigmas y, por lo tanto, nuevas competencias que el docente deberá asumir para generar ambientes de aprendizaje y lograr que su enseñanza sea competitiva, en correspondencia con las múltiples realidades a las que se ve abocado junto con sus estudiantes.
Si no somos competitivos, si no nos preparamos para vivir en la actual sociedad de conocimiento, de la informática, no sobreviviremos con dignidad al tercer milenio, puesto que no estaremos preparados para "saber lo que tenemos que hacer en nuestro contexto". Y ese contexto no es otro que esta realidad que nos aborda con nuevos y muy distintos paradigmas a los que estábamos acostumbrados a utilizar para resolver nuestra vida cotidiana y profesional. Paradigmas que han transformado la manera de vivir de las personas y que han generado nuevos conflictos sociales y culturales, éticos y estéticos, políticos y morales, científicos y tecnológicos.
De este modo se entenderá y se aceptará, que cuando hay cambios de paradigma "todo vuelve a cero", y no importa lo que haya pasado o el cúmulo de experiencia que se tenga de ello, es muy poco o nada lo que cuenta. Los problemas de hoy no se pueden solucionar con claves del pasado; estas nuevas situaciones hacen que el docente tenga que preguntarse, de manera autocrítica y ética: ¿yo me aguantaría una clase mía?
Si aceptamos como elementos básicos de la competitividad, los cuatro pilares de la educación propuestos por la Comisión Internacional sobre la Educación, de la UNESCO: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, podemos avanzar en la refexión sobre los paradigmas que les serían correspondientes en forma dialéctica: sociedad de conocimiento, pensamiento no lineal, trabajo en equipo y humanismo. (Ver Cuadro 2).
Cuadro 3.
Interacciones para la competitividad
NUEVOS PARADIGMAS
COMPETENCIAS
Globalización
Holística
Principio de incertidumbre
Flexibilidad
Teoría del caos
Integralidad racional
Pensamiento no lineal
Versionar
Teoría de la complejidad
En la parte está el todo
Justicia distributiva
Axiológica
Sociedad de conocimiento
Aprender a aprender
Sociedad de la informática
Pensamiento tecnológico
Trabajo en equipo
Concertación
Mejoramiento de la calidad de vida
Es muy probable que las explicaciones dadas sobre los elementos y sus correspondencias dependen del contexto y de la estructura mental que se tenga. La explicación que un docente dé a estas interacciones no será la misma que dé un administrador de empresa o un ingeniero civil, con lo que no se está afirmando que uno de ellos sea más competente que los otros, pues los tres, es casi seguro, están percibiendo la realidad desde sus propios argumentos para "saber hacer en contexto".
Resulta claro entonces, que abordar las competencias como un problema académico o lingüístico es irrelevante. Es evitar y eludir el compromiso con una sociedad que exige competitividad ante los pares.
Aprender para la vida, va más allá de saber la teoría acerca de lo que es una capacidad o una competencia o un logro o de saber enunciar un objetivo, cuando lo urgente es trabajar en formar personas capaces de crear todos los días una mejor manera de resolver sus problemas a fin de superar la incertidumbre y hacer de toda amenaza una oportunidad. Saber actuar en un contexto imprevisto, desconocido, azaroso, confuso, momentáneo o continuo, saber anticipar los hechos y los resultados aquí o en cualquier otro lugar y a cualquier hora, es actuar y tener pensamiento competente y competitivo.
Ahondar en los nuevos paradigmas que nos prodiga la ciencia y la tecnología, tales como el principio de incertidumbre, la teoría del caos, la lógica difusa, el pensamiento complejo, el pensamiento tecnológico, la justicia distributiva, la holística, la inteligencia artificial, la globalización… no es un problema de erudición, es un problema de supervivencia humana, puesto que son estos los lugares desde donde surgen las competencias básicas que el nuevo maestro debe construir, primero en él y luego en sus estudiantes (Cuadro 3).
Las competencias y el PEI
Todo Proyecto Educativo Institucional, o proyecto pedagógico de área o de aula, debe proponer y enunciar las competencias que lo identifican y le permiten ofrecer, de una manera acorde con la situación actual, una formación competitiva para la vida. Para esto, consideramos a continuación los elementos que sirven de apoyo para generar estos cambios al interior de las instituciones educativas.
La acción docente
En tanto que el maestro sea competente para crear ambientes de aprendizaje interactivo, la autoestima será el valor que dignifique a las personas porque han de aprender a conocer el conocimiento, "alcanzar la mayoría de edad", al lado de los estudiantes quienes también tienen una muy distinta versión del mundo (Cuadro 4). De esta forma se entenderá que la acción del docente es holística y de tal concreción que deja de ser erudita o enciclopédica. Está apoyada sobre la comprensión ética y epistemológica de la apropiación y construcción del conocimiento para una educación integral impulsada desde una concepción que gestione hacia las competencias y la competitividad. Esta situación hace que el docente racionalice y comprenda las relaciones que él vive con la misión institucional (PEI), con el currículo (qué conocimientos, competencias y actitudes deben adquirir los estudiantes), con la epistemología (su concepción sobre el conocimiento) y con la pedagogía y la didáctica (su concepción sobre el aprendizaje). En el cuadro 4, Holística de la acción docente, se presentan las pautas que orientan la reflexión para cualificar competente y competitivamente la acción del docente.
Interacción misión (PEI) y currículo.
La integración y el compromiso del docente competitivo con la misión institucional y el currículo, le permite dimensionar su papel histórico-social desde donde gana en dignidad y en identidad en la construcción de su proyecto pedagógico ético y profesional. Dentro de este marco tendrá la oportunidad de dar respuestas a las preguntas que identifican a la institución, las mismas que estarán explícitas en la misión. ¿Qué somos? ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo hacemos? y ¿Para qué lo hacemos? Serán las respuestas que se den a estas preguntas las que permitan, de pronto, reconceptualizar el PEI y realizar un trabajo hacia un rediseño curricular competitivo y competente frente a los nuevos paradigmas. De la misma manera, esto permitirá comprender hasta dónde el docente logra tener y expresar su sentido de pertenencia y de pertinencia frente al proyecto histórico nacional que apunta a colocarnos en un mejor nivel competitivo (Cuadro 5. Proyecto histórico nacional).
Interacción currículo y epistemología.
El docente deberá dar cuenta del cómo se construye el conocimiento, surgen los conceptos, las categorías, los paradigmas y todas aquellas formas en que se expresa la cultura, la ciencia, la técnica y la tecnología, para que con esta competencia pueda descifrar qué competencias cualificar en los distintos contextos disciplinares y hacer que las personas sean más competitivas en la práctica profesional y ciudadana. Es responder a la pregunta, por ejemplo dentro del área de matemáticas, ¿de qué forma el saber matemático genera competencias a los estudiantes en ciencias naturales o en ciencias sociales? y ¿cómo los hace competitivos en la sociedad?
Interacción epistemología, pedagogía y didáctica.
Esta interacción integradora hace referencia a la logística interna del acto pedagógico, quiere decir, a la ruptura con la concepción errada de que la pedagogía y la didáctica son técnicas demostrativas y explicativas de un conocimiento. Lo que entendemos aquí es que la pedagogía y la didáctica tratan de diseñar y de construir ambientes propicios, con los nuevos paradigmas, para generar procesos de aprendizaje en donde pueda darse, con eficacia y eficiencia, una transformación intelectual permanente y continua, que fundamente la dignidad, la autonomía, la identidad y la pertinencia de las personas.
Se trata de que el estudiante, futuro ciudadano, pueda hacer preguntas, expresar su versión de la realidad, hacer uso de la tecnología, que se apoye en ella, en el computador, en el internet sin el temor de ser puesto en ridículo ante un examen o evaluación memorístico y repetitivo.
Interacción pedagogía, didáctica y misión (P.E.I).
Esta se comprende desde la perspectiva racional de la imagen y del concepto de hombre y de cultura que circula en la institución, en la mente del docente, en los estudiantes y en los padres de familia. ¿Qué imagen tienen todos ellos de la institución? ¿Cómo valora la institución a las personas? ¿La institución piensa que está por encima de las personas? ¿Cuenta con ellas? La formación competente y competitiva está en relación directa con estos conceptos y es lo que hace visible la diferencia obligada entre una institución y otra, entre un modelo educativo y otro, entre un diseño curricular y otro, entre un plan de estudios y otro. En esta interacción es en donde se pone en juego el resultado concreto de una formación para la vida, que se inicia en el aula y se continúa hasta la muerte.
Para terminar, cabe señalar que la lógica que mueve estas reflexiones está más del lado de las interacciones complejas que nos presenta el contexto y la actual situación de atraso que sentimos ante la comunidad internacional de avanzada, quienes hace ya más de treinta años asumieron un proyecto educativo montado sobre los nuevos paradigmas y lograron con ellos construir unas sociedades competentes y competitivas, plenas de autonomía y de dignidad, con condiciones de vida que equilibran la justicia, hacen uso de la equidad y fortalecen la democracia. Esto, porque asumieron la emergencia de su situación como un solo hombre que está al filo de su última oportunidad.
El llamado es sencillo, hagamos de cada aula una Colombia digna, competente y competitiva que asegure una patria feliz a nuestros hijos.
Cuadros anexos:

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